LDG. Edgar Casas

La fotografía narrativa. El arte de contar historias.

“El lenguaje de la fotografía articula la historia, en la medida en que la historia da sentido a la fotografía” (Fontcuberta, 2004).

Las imágenes hablan, transmitan emociones y sentimientos. La magia de una fotografía no consiste solo en la técnica si no en la historia que cuenta. Todas las fotos que nos llaman la atención, cuentan una historia y nos transmitan algo. A veces la historia es real, a veces inventada. Una narrativa fotográfica puede consistir en una sola fotografía que exprese una historia o en una serie de fotografías con una historia que las une.

Para contar una historia hay que incluir ciertos elementos en tu fotografía para asegurarte de que ésta transmita una historia. Hoy vamos a desvelar los secretos de la narración fotográfica:

Un protagonista: Necesitas un elemento protagonista. Puede ser una persona, un animal o un objeto. Los humanos en general llaman más la atención del espectador. La presencia de personas, directa o indirectamente, es clave en una historia. El personaje refleja emociones claramente identificable (risa, confusión, placer, miedo etc.). No es necesario incluir personas en la foto, a veces basta solo un detalle humano. Es importante definir bien tus personajes. En el caso que la persona aparezca en la fotografía debes buscar bien a tus modelos y y no dejar detalles a la suerte.

Una referencia física: Un lugar donde ocurre la historia. Por ejemplo, una ciudad, una calle o una casa. Eso ayudará al espectador a recrear la historia.

Una referencia temporal: La fotografía debe tener un contexto temporal explicito o implícito (año, horario etc.).

Un contexto emocional: Define bien la emoción que quieres transmitir con tu fotografía. En una imagen puede haber varias emociones pero una emoción tiene que dominar.